Enero
de 1996.-
En alabanza al Señor Jesucristo año de
1996.
El amanecer de este día, fue de
cantos, pólvora y muchos peregrinos que desde ayer se encuentran celebrando al
Dulce Nombre de Jesús; aunque un buen cristiano que parece que no tenía paciencia
en esperar el milagro que pedía, aprovechando la noche, se puso un alba, entró
a la Iglesia y se robo las alcancías, pero el susto del pobre es que habían
sido vaciadas por las Hermanas Lauritas, hasta el 05 de enero es de
confesiones, misas y atender a los peregrinos, estamos haciendo ya la campaña
para que nos ayuden para reparar la Iglesia, para la fiesta del 11 de febrero,
que es el gran día.
Fray Martín Rodríguez, salió
para Costa Rica, donde va a participar en el congreso de la OFS a nivel de
América Central vendrá a finales de enero, buen viaje.
El resultado de la fiesta al
Dulce Nombre de Jesús, fue de tres muertes, aquí existe un dicho “Olancho es
ancho para entrar y angosto para salir” y todavía sigue siendo así, los
crímenes, los abusos de poder de algunos las venganzas familiares dejan
estragos en nuestras comunidades.
Este mes de enero toda la labor
se centra en arreglar, reparar, limpiar y organizar los comité para la fiesta
de febrero, reparar bancas, poner el piso de mosaico donde estuvo el
presbiterio, que estaba colocado en el centro del templo parroquial, ahora se
trasladó a la capilla donde se encuentra la imagen del D. N. de Jesús; se subió
el nivel del piso para hacer el presbiterio, se colocó la misma mesa de altar
que es de hierro y cemento; se encontró el documento de dedicación del alatar.
Al colocar el nuevo altar, estando uno de frente al altar a mano izquierda de
su base, fue enterrada una botella con documentos de la erección de la
parroquia; monedas del tiempo, una moneda con el emblema papal y la figura del
papa, documentos de la casa O.F.M., reliquia de la Madre Laura Montoya y de la
Hermana Isabel (Laurito Sierva de Dios), los nombres y datos de los 02 frailes,
de las hermanas lauritas, de la situación pastoral de Culmí, y de las personas
que ayudaron, todo fue sellado y también se colocó, arena y tierra de
Jerusalén, todo para perpetua memoria, como el obispo no quiso volver de nuevo
a consagrar el altar; colocamos las reliquias de San Francisco de Asís, Santa
Clara de Asís, de Santos Martires y de la Madre Laura Montoya y Hna. Isabel. El
porque de no querer el obispo realizar el rito, el no quería cambiar el altar,
no quería ninguna reparación, se hizo, habiendo consultado al provincial, ya
que la funcionalidad del altar ahí entorpecía todas las celebraciones y creo no
era nada antiguo, ya que data de los años 68; pero costo conseguir el mosaico.
Para finales del mes, ya estaba
todo, solo el retablo quedaba por arreglar y ver los últimos detalles, la
afluencia de fieles en ayudar fue hermoso.
En alabanza de
Cristo y su santa madre Amén.
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